5 paseos por Bilbao para descubrir los mil y un rincones de la ciudad
Los paseos por Bilbao y sus calles son una aventura que deparan innumerables sorpresas. Un viaje entre la modernidad de su arquitectura más actual y el pasado de la antigua villa que nació hace más de siete siglos.
Esta experiencia bien merece al menos un par de días, por lo que te proponemos disfrutar de la ciudad alojándote en nuestros apartamentos en Bilbao. Descubre con Líbere los rincones más especiales de la ciudad, a través de las cinco rutas que te proponemos.
Paseos por la ría de Bilbao
Uno de los placeres que regala Bilbao es caminar junto a la ría, saboreando todo lo que te va brindando a tu paso. En los últimos años, los márgenes se han rehabilitado, regalando una nueva perspectiva de la ciudad. Las zonas que antaño albergaban astilleros y áreas industriales hoy se han convertido en espacios de ocio y esparcimiento. En nuestra ruta partiremos del teatro Arriaga en dirección a Zorrotzaurre. Nos encontraremos en el camino con edificios emblemáticos como el Ayuntamiento, puentes como el de Zubizuri o el de La Salve, y más adelante la imponente vista del Guggenheim al otro lado de la ría. Culminaremos esta ruta en la isla de Zorrotzaurre, que hasta hace pocos años fue una península unida al barrio de Deusto y que tras una intensa remodelación se ha convertido en el área moderna y accesible que es hoy. Uno de los ejemplos de lo que es el Bilbao más actual y rompedor.
Paseos por el Casco Viejo
Las siete calles, como también se conoce al Casco Viejo de Bilbao, es un recuerdo vivo de lo que fue la villa originaria allá por el siglo XIV. Entre los imprescindibles que nos encontraremos en esta ruta está la Iglesia de San Antón, el Mercado de la Ribera, de estilo modernista, o la Catedral de Santiago. Para terminar este paseo, el muelle Marzana es un buen lugar para descansar en una de sus terrazas y contemplar la bonita luz del atardecer sobre la ciudad, con el reflejo de la ría.
Ruta de los murales de Bilbao la Vieja
El arte urbano se ha ganado un lugar por derecho propio en las guías de turismo de la capital vizcaína. En una apuesta por reconocer esta forma de arte al tiempo que se dota de vida cultural a los barrios populares, los murales se han convertido ya en un icono. Propuestas coloristas con dibujos geométricos como el que decora el número 20 de la calle Urrutia, el vistoso “Txikles” en la calle Iturburu o el famoso “Spindles” que cubre todo el lateral de un edificio en Calle Miribilla, número 7 son algunos de los más llamativos. Otras propuestas hablan de causas sociales, como los derechos de las personas inmigrantes o la lucha contra la violencia de género. En su conjunto son una preciosa muestra de creatividad que nos regala la vista en un apacible paseo entre el ayer y hoy de Bilbao.
Bajada del monte de Artxanda
Un plan perfecto para disfrutar del monte a un paso de la ciudad. Para la subida, el funicular de Artxanda es una solución idónea, apta para todos los públicos. La parada está en la plaza del Funicular, entre el puente de la Salve y el Ayuntamiento, y permite desplazarse hasta la cima del monte en tan solo tres minutos. Una vez allí, espera al visitante un agradable entorno natural, con merenderos, terrazas y restaurantes donde reponer fuerzas. Las vistas de la ciudad son espectaculares, especialmente desde el mirador. A la vuelta, la bajada a pie es una buena opción para hacer ejercicio al tiempo que nos deleitamos con las diferentes vistas de la ciudad.
Paseo en barco por la ría de Bilbao
Una de las formas más originales de conocer la ciudad desde otra perspectiva es hacerlo desde la propia ría, el corazón de Bilbao. Hay una oferta turística pensada para ofrecer una manera diferente de moverse descubriendo los puntos más destacados de la zona. Hay dos opciones, según el tiempo que queramos dedicar y el recorrido que nos apetece hacer en nuestros paseos por Bilbao. En ambos casos el punto de partida y llegada está en el embarcadero de Pío Baroja, en una zona muy céntrica y accesible. Si disponemos de una hora, podemos optar por un tranquilo recorrido por la villa. Para quienes esto no sea suficiente, hay otra posibilidad que nos lleva desde la ría hasta el mar, volviendo al mismo punto al final del recorrido. En este breve viaje llegaremos hasta los pueblos del Gran Bilbao y Portugalete, sin hacer paradas pero con una impagable vista de toda la zona. Sea cual sea la opción elegida, podremos conocer un poco más de este rincón del norte de Euskadi en un paseo relajado y lleno de color.